miércoles, 15 de septiembre de 2010

notas vencidas.



Un día comenzamos por instalarnos en un sitio apenas familiar, lo llenamos de cosas que han ido de sitio en sitio y aderezamos todo con sentimientos nuevos; traemos gente por las noches y enteramos de nuestros gustos a los vecinos dejando que la música se filtre por las paredes en la mañana. Al poco tiempo damos el último vistazo antes de entregar las llaves al encargado. Cuando sólo queda el polvo, alguien más llama por el anuncio de “se renta”, vemos un diminuto cuerpo que se encargara de habitar aquel lugar que hoy dejamos…

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